domingo, 29 de octubre de 2017

Una pequeña parte del problema.

Uno de los retos a los que se enfrenta nuestro país en estos momentos es consensuar unas directrices de política educativa, sólidas y con previsiones de continuidad y permanencia en el futuro, lejos de la volatilidad que presentan a día de hoy. La “voluntad política”, clave esencial para resolverlo.
Nuestra Educación actual se está viendo envuelta en una vorágine de acontecimientos legales y políticos que parecen complicar aún más la ardua tarea educativa. Sin embargo, pese a la importancia que tiene la misma, las personas encargadas de fijar sus directrices son incapaces de alcanzar un acuerdo.
La educación es la materia fundamental de lucha de un gobierno, es decir si es que no existe una política que promueva un sistema educativo optimo, de calidad y extendida a todos los recónditos lugares del territorio nacional, esta política es un intento perceptiblemente fallido, no se puede pretender crear un mejor futuro si es que no hay una buena formación educativa, una estructura sólida sobre el cual se fomente la formación de líderes del mañana, somos un país con un gran potencial, que desgraciadamente desaprovecha las capacidades de sus generaciones más jóvenes, y esto repercute de manera notoria en la marcha presente y futura de nuestro país. Si hoy alguien no acepta esta interrelación, estaremos ante la prueba fehaciente del estrepitoso fracaso que sufre su visión crítica.
El deterioro del sistema educativo de hoy en nuestro país, se ve reflejado cuando las autoridades que deberían velar por la calidad en materia de educación que se desarrolla en cada escuela está acorde a lo que se debería saber hoy, se percibe cuando los alumnos realizan tomas de instituciones educativas, paros, sentatas o manifestaciones a fin de hacer saber su descontento con la mísera parte de presupuesto invertido para mejorar supuestamente la infraestructura de una escuela o un colegio, cuando no existe actualización constante de una malla curricular acorde a lo que es de vital importancia saber; y las cabezas de estas carteras estatales se hacen de la vista gorda y solo mandan a reparar instituciones que han logrado salir en televisión. Cuando se inauguran escuelas y el presidente de turno y sus allegados jefes, encargados de algún órgano importante pertenecientes a su propio partido o movimiento en pleno acontecimiento minúsculo, en vez de proponer trabajar más arduamente para llegar a cada escuela precaria del país se la pasan haciendo campaña política al son de "Viva esto o aquello", dejando a sabiendas que este asunto es lo que menos les importa.
Sólo desde el acuerdo común de todos los que, hoy o mañana, tienen el poder de legislar en esta materia, podremos conseguir que nuestro país se encuentre en los puestos en que siempre tendría que haber estado, liderando las estadísticas en materia educativa. Esto lamentablemente no es así debido a que todos los problemas anteriormente mencionados influyeron para que el país baje de categoría en el ranking de las mejores universidades del continente porque las autoridades competentes priorizan cosas que no se deberían, y eso que solo hablamos de cuestión educación si vamos un poco más allá y vemos la realidad del sector salud, nos daremos cuenta de que para nuestras autoridades no somos nada, es evidente esa realidad desde ahora cuando vemos que existen políticos con demandas por desvío de fondos públicos, lesión de confianza y muchas otras situaciones que nos dejan a nosotros vulgarmente bajo la mesa y deducimos que todo esto es solo una pequeña parte del problema.

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